la familia es algo fundamental y quien da las bases de lo que uno es y puede seguir siendo, todo no es para siempre, como dicen, los hijos son prestados.
solo vive y disfruta.A quien le puede interesar la historia de alguien que no conoce? o que nunca han escuchado hablar?
No es solo el hecho de contar mis historias y ya, si no el de compartir mis vivencias
Y mis experiencias y aprender de cada una de ellas.
Y allí estábamos, a
En este mundo de monotonía en el que todo gira alrededor de un signo, sobresalen cierto grupo de personas a las cuales la aventura es parte de su propia monotonía, unos aquí y otros en cualquier lugar.
Luego de muchos años de la misma monotonía llegaba ese momento coincidencial en el que ocho años de historia se encontraron, se recuerdan momentos y de repente sin previo aviso, el volcán.
En un mundo en el que estas bestias rugen y escupen cenizas y lagrimas de fuego, llegar a la cima de un volcán? Un desafío, un reto, una aventura o una locura.
Todo era expectativa, ya estábamos preparados, cinco de la mañana y nos encontramos cinco aventureros cada uno con mundos diferentes, ideales distintos pero que en ese momento teníamos una misma meta y al momento de parpadear estábamos en el bus.
Sentía que alguien me hablaba, -aquí queda……. –aquí está…….., pero me había quedado faltando sueño y para mi no era hora de estar hablando. Luego de unas horas, el famoso cruce de la mina y el frío ya empezaba a golpear por lo cual no vendría mal un café caliente.
HACIA PILIMBALA
Empezamos a subir la primera montaña, cada paso tenía una historia para contar, solo cuatro metros y ya esa pequeña pero fuerte montaña nos decía que no nos dejaría subir sin agotarnos y sin ponernos en riesgo nuestros frágiles organismos y era solo el principio y lo único que nos preguntábamos era cuando llegaríamos a pilimbalá?
Luego de unos veinte minutos de subida salimos a una carretera empedrada y ya a lo lejos se veía el majestuoso e imponente volcán, se veía tan lejos que paresia pintado con acuarela, no lo imaginaba de esa manera ni tan lejos pero ya habíamos emprendido la aventura; algo que te enseña la vida es que una vez dado un paso, debes de dar el otro, mirar atrás solo para recordar y no para tratar de buscar una salida, una cobarde huida, todo se encuentra en frente de ti.
Con la primera subida tuve para pensar en que me había metido y si de esa forma sería todo el camino? Vaya que si tendríamos problemas, por unos momentos el coloso desaparece cubierta por sus hermanas montañas quienes la cobijaban, y aquí ya nos encontrábamos en el inicio oficial, las cabañas de Pilimbala, una estancia corta e inicia en forma nuestra aventura.
A
El inicio fue bastante difícil un conjunto de montañas pequeñas pero tan empinadas que a pocos metros parecíamos un conjunto de perritos con la lengua afuera, sedientos y con ganas de volver, pero en ese día no cabía la cobardía, fue una subida bastante extrema y adversa.
Ya llevamos una media hora de camino hasta que llegamos a la cima de la primera montaña y por supuesto lo que todos estaban esperando pero que nadie se atrevía a decirlo por temor de parecer cobarde o de poco aguante, un descanso obligado, nadie dijo nada en un principio pero era fácil de leer el rostro de cada uno.
LOS LEGIONARIOS
Creo que aquí es el momento de hablar de cada uno de los aventureros que me acompañaban: Juan Pablo, el Biólogo del grupo, compañero en el colegio y por alguna coincidencia avistado el día en que decidimos emprender esta aventura luego de unos siete a ocho años de ausencia visual con el.
Juliana, pareja de Juan Pablo y gran conocedora del terreno. Claudia a quien conocí ese mismo día gran responsable de esta larga aventura y que esta historia no acabara pronto.
Cristina, la medica del grupo, guerrera, conocedora de la vida, defensora de sus ideales, aventurera, ese espíritu de liderazgo que es capaz de mover ejércitos enteros, además de su poder de convencimiento y poco miedo ante los problemas.
-Todo tiene una solución, así que hay que estar tranquilo y si no la tiene pues hay que seguir tranquilo.
Y lo más importante, fuente de motivación y de mi alegría.
Y por su puesto yo, Juan, novato en la aventura pero con gran fuerza para hacer las cosas sin dejarme intimidar por las adversidades.
Como olvidar quien nos acompañó todo el camino desde nuestra partida hasta nuestra llegada, claro que a cambio de nuestra panela, el Negro, un canino de las cabañas de Pilimbala y quien era el único que se podía asegurar como conocedor a la perfección del camino, si en su vida de perro ha llegado al cráter unas 100 veces sería poco.
UN DESCANSO
Que dicha. Por fin una bajada, aunque duró solo unos diez minutos sirvieron para tomar un aliento el cual se nos había quitado pocos minutos antes.
Trocha, lodo, eran parte del camino, dimos un alto y al mirar al firmamento su majestuosidad implacable, pura, de verdes coloridos.
Las montañas una seguida de la otra, de quién seria obra tan maravillosa? Dios? Los dioses? Big bang? La evolución? Eso si lo dejaré a ustedes, todo depende del modo de pensar y de nuestra cultura.
Cualquiera que fuera el origen no hay forma de describir su belleza a la perfección, en el momento no encuentro palabras, sabia que no podríamos encontrar algo mejor que esto por su majestuosidad.
LOS OJOS VIGILANTES
Seguíamos el camino y en medio de este encontramos dos lagos uno a un lado y otro en frente formando los ojos que nos vigilaba mientras nos alejábamos y de repente estábamos en el cielo.
Con solo alzar los brazos podíamos tocar las nubes, puras, frías y cada vez que subíamos mas ya nos parábamos sobre ellas, pero la presión se paraba sobre nosotros.
El oxigeno era mas escaso y se empezaban a sufrir sus consecuencias con uno de los miembros del grupo.
Se asomaban los calambres, pero era más la fuerza de aventurero y las ganas de llegar a la cima, cual sería el motivo para llegar a esta?
AUSENCIA
Después de cuatro horas de exhaustivo camino nuestro único alimento era el mismo de negro, panela y agua.
La vegetación cada vez se tornaba mas escasa al igual que el oxigeno, ya los momentos de descanso se hacían mas seguidos, unos veinte metros por descanso.
A la derecha rocas, a la izquierda rocas, atrás rocas y al frente rocas y la vegetación? Perdida, ella si sabía las condiciones a las cuales nos enfrentábamos y nos enfrentaríamos por eso era que ella no subía.
LEVANTARSE Y SEGUIR
En la vida todos nos encontramos con obstáculos, con caídas de las cuales siempre hay que levantarse, limpiarse y seguir tropezando para así poder aprender.
Es necesario correr riesgos, hay que dejar que suceda lo inesperado. Hay que sufrir, vamos a tener momentos muy difíciles, vamos a tener muchas desilusiones, pero todo es pasajero y no dejan marcas.
Pobre del que tiene miedo de correr riesgos, por que quizá no se decepcione nunca, ni tenga desilusiones, ni sufra y por lo tanto no persigue un sueño y no aprende.
EL CANTO DEL AIRE
De nuevo en el mundo de la naturaleza y a su disposición de que hiciera con nosotros lo que ella quisiera, éramos unos invitados a los cuales en cualquier momento podría sacar de su casa.
El viento era intenso y el rugido de este nos susurraba al oído: - No los dejaré subir fácil, pero esto no sería impedimento.
Estábamos agotados, el oxigeno no era suficiente y los músculos contracturados no gritaban, no estábamos acostumbrados a tan grande esfuerzo, pero teníamos la convicción de que ellos no mandaban y no nos daríamos por vencidos.
Pero también estábamos muy respetuosos y a la expectativa de que el viento y sus aliados no dieran su voz de protesta.
NUESTRO ALIMENTO
Quién descubrió ese alimento que en ocasiones puede ser sólido o liquido, dulce y rico en proteínas y carbohidratos el cual era nuestro único alimento que nos ayudaría a alcanzar la meta, “el cráter”.
Así como en la vida no nos dejaríamos derrumbar, aunque las montañas se confabularan con el viento para tratar de hacerlo.
De nuevo allí estábamos, una colosal piedra gigantesca nos arropaba y nos defendía del viento.
- Como se llama?
Pregunté!
- La piedra del estudiante.
Y alguien cuenta la historia de ella, que triste pero que nos enseña el respeto que se le debe tener a la naturaleza.
“Contaban que un grupo de estudiantes se encontraban en las iguales condiciones en las que estábamos nosotros y de repente una explosión y un rugido, el león había despertado y había devorado a todos los que se le cruzaron por el camino y solo uno de ellos logro escabullirse de las fauces feroces del volcán colocándose detrás de la piedra”.
Ahora si podía decir que no hay que tenerle miedo a la naturaleza si no, todo el respeto del mundo. Saber lo que había ocurrido en el pasado y pensar que eso mismo nos podría ocurrir si al león le daba por despertar, daba escalofrío.
El frío era intenso y no podíamos quedarnos quietos mucho tiempo, no sentía los dedos y el rededor de mi boca y mi nariz. Todo empezaba a entumecerse.
Una leve bajada y por fin……..
La falda del volcán!!!!
Majestuoso, sin vegetación, arenosa y rocas volcánicas por todo lado. Fue el ascenso mas difícil de toda la aventura.
Los pasos disminuían cada vez mas para descansar, entre todos nos dábamos ánimo. Me sentía rendido y a solo
- Podré llegar?
Claro, había un motivo el cual era lo único que no me dejaba renunciar a este logro. Siempre hay que tener un motivo para realizar todo en la vida.
Tres pasos y teníamos que descansar, el problema era que de esos tres pasos en realidad avanzábamos uno o dos por lo arenoso del terreno.
Cada vez mas cerca y cada vez mas agotados, a solo
EL VOLCAN
Y allí estábamos, a
EL CRATER
Parados al fin todos al lado del cráter, un pie por dentro y un pie por fuera y los cinco a su disposición.
Aquí ya estábamos en la meta, pero siempre que se llega a esta meta planeada hay que pensar en una igual o de mayor dificultad, eso también nos hace personas, ahora la meta sería otra.
Allí nos quedamos unos 15 minutos ya que las condiciones no eran apropiadas para permanecer mucho tiempo, aquí contemplando ese gigante dormido que a pesar del rugido del viento y la felicidad de nuestros cuerpos no despertaba.
Mientras todos esos momentos quedaban registrados para el recuerdo ya el frío y el viento se tornaban insoportables por lo que decidimos emprender otra aventura:
- El descenso
EL DESCENSO
Impensable aun lo que pasaría, pensando en que sería mucho mas fácil, en ese momento solo pensando ya en la llegada.
Todos pensábamos que el resto sería mucho mas fácil, ya no solo era el viento y el poco oxigeno quienes hacían difícil la aventura, sino que ahora el agua cada vez más fuerte se convertía en su aliado como un batallón atacando a cinco soldaditos dispuestos a no caer.
Todo iba bien hasta la primera media hora de descenso cuando uno de los soldados fuente del grupo, su maquinaria magistral producto de la evolución comenzó a fallar.
Sus rodillas rugían y aumentaban su inflamación y presión por dentro, al principio no era tan grave pero lo complicado vendría al momento de tomar la decisión de tomar otro camino diferente mucho mas corto, lo que llamamos atajo, pero desconocido.
CAMINO A LO DESCONOCIDO
No se si tomarlo como un error o como una buena decisión, pues como aventura era genial y como enseñanza mucho mejor. Empezando el camino comenzamos a ser victimas de la naturaleza, llovía y el camino era difícil, el barro nos llegaba casi a las rodillas y a cuya compañera le fallaban.
Se suponía que la trocha sería mas fácil, pero nos demoramos mas de lo normal, primero el lodo la hacia mas difícil y segundo la rodilla de nuestra compañera nos enlentecía.
Pero algo de lo que hay que estar muy contento por lo afortunados es que vivíamos una experiencia inigualable, nadie le quita a uno lo bailado.
UN DESCANSO
Por fin llegamos al camino original luego de largo tiempo en el lodo, pero cada vez el dolor era mas intenso y la marcha se hacia cada vez mas lenta y en ese momento lo que nos preocupaba era que no se fuera a unir la oscuridad a la adversidad.
La travesía la aviamos empezado a las 7 de la mañana y ya eran las 5 de la tarde y aun nos faltaba.
Caminamos unos pocos pasos pero el dolor la tumbó, nuestra compañera de excursión se encontraba tan adolorida al caminar que temíamos lo peor.
Hay que temer en la vida para poder vencer; alguien dice:
- Hay que pedir ayuda, cuando uno se ve rodeado por la adversidad, pedir ayuda no lo hace menos hombre.
Y así saliera Juliana o Cristina en busca de alguien que pudiera auxiliarla.
EL ARBOL DE LOS PROBLEMAS
Todas las personas en el mundo tienen problemas y estas son fundamentales en la vida, pero hay que saberlos superar y no hacer que las otras personas carguen con los tuyos ya que son de cada quien.
Aquí viene a mi cabeza una parábola, el árbol de los problemas que todos deberíamos poner en practica.
´´Contaba que un trabajador de construcción llegaba siempre a su casa en donde cuyo antejardín había un árbol grande, el hombre antes de entrar a su casa estiraba los brazos y alcanzaba las ramas del árbol por unos segundos y entraba, a la mañana siguiente al salir realizaba lo mismo y esto era d todos los días. La curiosidad de un habitante del sector no podía quedar en duda y al preguntarle al individuo la respuesta de este fue:
- Todos poseemos problemas, este es mi árbol de los problemas y siempre que llego del trabajo cuelgo todos en el árbol y entro a mi casa sin estos y a la mañana siguiente los recojo de nuevo y lo bueno es que siempre encuentro menos de los que deje el día anterior.``
PILIMBALA
El descenso de aquí en adelante fue cada vez mas difícil, cuándo llegaría la ayuda?, ya golpeaban las seis de la tarde hasta que a lo lejos, como caídos de la nada, un grupo de aldeanos. - Que alivio!
Eran cuatro y una camilla, ha y el liquido preciado de la vida con un poco de panela. Quienes creían que la dificultad terminaría se equivocaba, a la luz ya le llegaba su hora y en reemplazo de ella llegaba la oscuridad única y solamente alumbrada por las estrellas que en ese momento no nos ayudaban de a mucho, noche hermosa con sus estrellas, luceros y su madre luna.
No veíamos bien el camino, fue difícil. Agotados, bajando al campamento y sin poder ver el camino.
EL DESCANSO
Tras una aventura de 12 horas en las que se pasaron momentos difíciles, momentos divertidos y en los que se podía observar la majestuosidad de la naturaleza, su coloso de fuego, su soplido y su llanto.
Doce horas de solo agua y panela, solo queríamos sentarnos y comer. El frío a esa hora eran extremos y no bastaba con el solo hecho de pararse al lado de la chimenea la cual no parecía que tuviera un tubo de escape, todo el humo salía por el lado y toda la habitación estaba llena de este, pero en ese momento eso era lo de menos.
Lo único que queríamos era descansar un poco y recibir calor.
A 10 minutos todos nos sentamos en el comedor y ya todo era risa anécdotas sobre nuestra travesía.
A esa hora ya no pasaba ningún tipo de trasporte por la carretera que nos llevara hacia la ciudad, por lo que tuvimos que pasar la noche en la cabaña, el problema era que ya todas estaban ocupadas así que nos tendríamos que quedar en la habitación de la chimenea.
Llegaron las colchonetas y lo único que pensábamos no era en dormir apeñuscados si no en descansar, estábamos agotados. Recordaba los relatos y videos de carcelarios durmiendo uno seguido del otro y con la ropa húmeda, pues nuestra intención no era quedarnos.
No pasaron cinco minutos cuando ya me hallaba en mi primer sueño, eso creo, no recuerdo ni cuantos tuve de lo cansado que estaba.
DOMINGO
Era domingo temprano, el bus pasaba a las 7 y 30 por lo que arreglamos y salimos. Luego de larga espera el bus no daba señal y aun sin reponernos físicamente de la aventura del día anterior, emprendimos camino hacia el pueblo, que la verdad desconocíamos a cuanto estaba de distancia.
El camino parecía eterno, caminamos dos horas sin que pasara algún transporte que nos pudiera llevar.
Pasadas las dos horas venia algo, no era un bus, pero sin embargo le hicimos señas para que parara, pues en ese momento solo nos importaba llegar sin importar como. Era un camión lleno en su parte posterior de ganado vacuno pero solo podía llevar a dos personas, así que emprendimos Cristina y yo camino a la ciudad en compañía de un camionero de ganado y este mismo.
LEY DE MORPHY
Ya el calor pegaba cada vez más y en medio del camino a la ciudad, lo que pasa cuando alguien quiere llegar rápido a un lugar, la ley de Morphy.
Una de las llantas del camión se desinfla repentinamente, pasaron unos veinte minutos hasta partir nuevamente.
En el camino recordé mis momentos en que jugaba todos los fines de semana fútbol, pues me fui cabeceando todo el camino, hasta que al fin, dos horas después se comenzaban a ver casas mas seguidas, hasta que de un momento a otro, por fin la ciudad y la terminación de una historia para contar, para reír y por supuesto para aprender de ella.
LAS METAS
Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola rectificación, ni alcanza altura con un solo vuelo. Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces.
Nadie recoge cosecha sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra. Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega a puerto sin remar muchas veces.
Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas. Nadie hace obra sin martillar sobre su edificio, ni cultiva amistad sin renunciar a sí mismo. Nadie llega a la otra orilla sin haber hecho puentes para pasar. Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario de la vida.
Nadie puede juzgar sin conocer primeo su propia debilidad. Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible. Nadie conoce la oportunidad hasta que esta pasa por su lado y la deja ir. Nadie encuentra el pozo del placer hasta caminar por la sed del desierto.
Pero nadie deja de llegar, cuando se tienen la claridad de un don, el crecimiento de la voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de sí mismo. Nadie deja de arder con fuego dentro sin antes saber lo que es el calor de la amistad. Nadie deja de llegar cuando de verdad se lo propone.
La palabra clave para cumplir las metas es: esfuerzo.
